El misterio de la ciudad silenciada
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El misterio de la ciudad silenciada

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A partir de 6 años
El misterio de la ciudad silenciada En Villacorchea, una ciudad que vibraba al ritmo de la música, la vida cambió drásticamente cuando un misterioso silencio se apoderó de cada rincón. Todos los instrumentos, desde la más pequeña flauta de pico hasta el más grande piano de cola, habían perdido su sonido. Todos, excepto el antiguo violín de Amara, una joven violinista cuyo amor por la música solo era superado por su increíble valentía y su gran curiosidad.

Amara, con su violín a la espalda guardado en su estuche, caminaba por las calles ahora silenciosas de la ciudad, preguntándose por qué su violín era el único que no había sido afectado.

—¿Tendrá esto algo que ver con aquello que decía tu abuela, que tu violín tiene una magia especial? —le preguntó Toño, su amigo de toda la vida, un chico con un oído excepcional que era capaz de escuchar cualquier cosa que se saliera de lo normal e identificar todo tipo de sonidos.

—Tal vez —dijo Amara—. ¿Qué te parece si vamos a visitar al señor Crescendo? Seguro que él nos da alguna pista de lo que ha pasado.

—¿Al anciano director de la orquesta de la ciudad? —dijo Toño—. Ese hombre es todo un guardián de historias y secretos musicales. Seguro que algo nos podrá contar.

El Señor Crescendo les contó una vieja historia sobre una sinfonía inacabada que había sido escrita por un compositor legendario, el mismo que había creado el violín de Amara. Según él, esta sinfonía tenía el poder de dar y quitar la música.

—Es como si estuviera oyendo a mi abuela de nuevo —dijo Amara.

—Creo que en la antigua biblioteca del conservatorio podréis encontrar más información —dijo el señor Crescendo, mientras les ofrecía las llaves.

Amara y Toño fueron enseguida a aquella biblioteca, llena de antiguas partituras y libros cubiertos de polvo. Tras horas buscando y admirando todo aquello, descubrieron la historia del violín de Amara. Era un instrumento legendario, creado por un maestro luthier para un gran compositor que componía piezas con capacidad de influir en el tejido mismo de la música.

—¡Mira, Amara! Aquí hay una partitura —dijo Toño.

Amara sacó su violín y tocó aquella melodía. Para su sorpresa, provocó una vibración que resonó por toda la sala. Ella siguió tocando, a ver qué pasaba.

El misterio de la ciudad silenciadaCuando llegó a la nota más aguda, una nota sostenida en un largo vibrato, se abrió una puerta escondida.

Toño se asomó y exclamó:

—¡Vaya! Esto parece el taller de un luthier.

Amara y Toño entraron. Allí encontraron unas anotaciones del luthier y una nueva partitura del compositor.

Amara la interpretó.

—No ha pasado nada —dijo Amara.

—Sí que ha pasado —dijo Toño—. ¿No lo oyes? Los sonidos de los instrumentos se han liberado y poco a poco vuelven a sus instrumentos. ¡Rápido! Hay que avisar a los músicos. Tienen que intentar tocar de nuevo.

Y así fue como Amara y Toño devolvieron la música a Villacorchea.
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