Viaje a Kalernia
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Viaje a Kalernia

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A partir de 4 años
Viaje a Kalernia La astronauta Eva Morix estaba a punto de realizar una importante misión: llegaría por fin al planeta Kalernia. Morix había investigado ese planeta durante años, y por fin la tecnología espacial le permitiría visitar ese planeta.

Morix era, además de astronauta, una gran científica, y en sus años de investigación, había desarrollado un sistema de comunicación, para hablar con los habitantes del planeta Kalernia, por lo cual ya estos sabían de su pronta llegada y la esperaban con ansias, pues a través de los años habían desarrollado una amistad con la astronauta humana. Esa visita era muy importante tanto para los kalernianos como para los terrícolas, pues aprenderían mucho uno de otros, y verían que cosas del otro planeta podrían aplicar en el suyo para mejorarlo.

El día por fin llegó. Eva Morix estaba muy feliz y nerviosa a la vez. Después de que los técnicos aeroespaciales realizaran todas las verificaciones, Morix se subió a su nave con su copiloto y en pocos minutos estaban atravesando la estratosfera en dirección a Kalernia.

El viaje fue largo, pero ameno, pues Morix y su copiloto recibían ayuda y guía, tanto de la tierra como de Kalernia. El aterrizaje en Kalernia sucedió sin percances, y varios habitantes del planeta estaban esperando a sus visitantes humanos.

—Bienvenida a Kalernia— dijo Lim, quien era el que más comunicación con la humana había tenido.

—Gracias Lim, por fin nos conocemos— respondió la astronauta Morix.

—Lo mismo digo, señora Morix— dijo Lim, extendiendo su mano con un pequeño paquete hacia la humana—. Esto es para ti, como regalo de bienvenida.

—Muchísimas gracias— dijo Eva Morix mientras abría el paquete, el regalo era un anillo con una miniatura del planeta Kalernia.

—Bien, imagino que deben estar muy cansados, así que seguro prefieren descansar un poco y luego haremos un recorrido para que conozcan nuestro planeta— le dijo Lim a ambos astronautas.

—Nada de eso Lim, estamos ansiosos por conocer Kalernia, ya habrá tiempo de descansar más tarde— respondió Eva Morix.

—De acuerdo, entonces síganme, iremos a pie para que puedan apreciar todo con mayor detenimiento.

Lim avanzó, y tras él siguieron Morix y su copiloto. El primer lugar donde se detuvieron era una especie de auditorio donde un kalerniano adulto dirigía una especie de clase a otros mucho más pequeños en edad.

—Esto sería lo que tú me has dicho que le llaman escuela en la tierra. La diferencia es que aquí no les enseñan nada estipulado a los más. Si no que el maestro los ayuda a descubrir su talento y potenciarlo. Algunos son especialistas en telepatía, otros pueden transformarse en lo que desean, otros se teletransportan…

—Eso es maravilloso— exclamó Eva Morix.

Después de eso, Lim y sus dos acompañantes pasaron por un edificio transparente dentro del cual había varios kalernianos con pantallas y enormes ordenadores.

Viaje a KalerniaEste es nuestro centro de comunicaciones. Aquí nos podemos comunicar con seres de toda la galaxia. Si los seres del otro planeta no tienen la tecnología suficiente, muchas veces les mandamos los mensajes a través de sueños.

Luego pasaron por plantaciones enormes. Similares a las de la tierra, pero con vegetales y frutos muy diferentes. Los colores y formas eran asombrosos. Pasaron por ríos, bosques y ciudades. Todo era muy parecido a la tierra, pero con formas muy sorprendentes.

—¡Arriba Eva!, es tarde para la escuela!

La pequeña Eva Morix se despertó sobresaltada en su cama, estaba abrazada a su cohete de peluche cuando abrió los ojos y vio a su madre entrar a su cuarto.

—Alístate hija, ¡ya deberíamos estar saliendo!

—Ya voy mamá— respondió con la voz ronca.

La niña se levantó, algo confundida por el sueño que acababa de tener. Torpemente, caminó descalza por su cuarto para comenzar a vestirse. Eva sintió algo que lastimó su pie, lo levantó para ver que la molestaba, encontró un anillo con una miniatura de un planeta desconocido.
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