Haydn, el músico bromista
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Haydn, el músico bromista

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A partir de 6 años
Haydn, el músico bromista 31 de marzo de 1732. Cerca de Viena, Austria, nace el que sería uno de los compositores más importantes de la historia, Joseph Haydn. Y también unos de los más bromistas. Su infancia, caracterizada por el hambre y la humillación, no le impidieron desarrollar un excelente sentido del humor. Quién sabe, tal vez cantar en el coro de la iglesia y haber aprendido a tocar el clavecín y el violín le ayudaron a superar la dificultades que el presentaba la vida y a ver las cosas de una manera diferente.

El sentido del humor de Haydn ha pasado a la historia plasmado en muchas de sus obras en forma de bromas musicales. Como en su Sinfonía número 94, llamada La sorpresa o La del toque de timbal, estrenada en 1792. Esta sinfonía debe su nombre gran parte de su fama al golpe de timbal que rompe un hermoso pianísimo de la orquesta, golpe destinado a despertar a quienes se quedaban dormidos en sus conciertos, en palabras del propio compositor.

Pero las bromas musicales de Haydn no se reducían a dar golpes de efecto en sus composiciones. El gran compositor también se servía de su música para enviar mensajes. Cuentan que el año 1772, estando en el palacio de verano del príncipe Esterházy, los músicos de la orquesta se acercaron de muy mal humor a su maestro, Haydn, para pedirle que intercediera ante el príncipe y les diera vaciones, pues la temporada se estaba alargando demasiado y querían volver con sus familias.

Haydn, haciendo gala de su genial sentido del humor, decidió mandarle un mensaje al príncipe a través de una sinfonía, la número 45, que pasaría a la historia conocida como la Sinfonía de Los Adioses. Esta sinfonía acaba con los músicos de la orquesta abandonando la interpretación uno a uno, tras interpretar un breve solo, levantándose y haciendo una reverencia al príncipe, de modo que el escenario se va quedando vacío. El mensaje no pasó desapercibido para el príncipe que captó la indirecta. Al día siguiente todos los músicos regresaron a la ciudad y pudieron ver a sus familias.

Estas son solo algunas de las anécdotas musicales del gran Joseph Haydn, que también se tomaba con humor su día a día. Incluso con su muerte era capaz de bromear. Como lo que pasó en el año 1805, cuando una revista británica anunció su muerte. La noticia impactó tanto que muchos decidieron honrar al gran músico. Cherubini, por ejemplo, compuso enseguida una cantata en su memoria. También se organizaron varios conciertos en su honor, como que el de se programó en París, en el que se interpretó el Requiem de Mozart. Cuando Hadyn se tuvo noticia de este concierto, escribió:

Haydn, el músico bromista-Estos nobles señores, ¡qué honor me hacen!. Si lo hubiera sabido a tiempo, habría viajado hasta París para dirigir yo mismo el concierto.

Cuatro años después se interpretó de nuevo el Requiem de Mozart en honor del gran Joseph Haydn, que falleció en Viena, a los 77 años, mientras la ciudad era atacada por las tropas de Napoleón. No hizo bromas entonces, pero cuentan que sus últimas palabras fueron un intento por tranquilizar a quienes con él estaban:

-Mis niños, no tengáis miedo, donde está Haydn, no puede haber daño.
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