Estrellita, la estrella juguetona
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Estrellita, la estrella juguetona

Edades:
A partir de 3 años
Valores:
Estrellita, la estrella juguetona Había una vez una estrella juguetona llamada Estrellita. A diferencia de las demás estrellas en el firmamento, a Estrellita le encantaba jugar y divertirse. Una noche, mientras hacía piruetas en el cielo, Estrellita se tambaleó y cayó en la Tierra, dejando tras de sí un rastro de luz y purpurina.

Cuando aterrizó, Estrellita estaba muy contenta.

—¡Qué bien me lo voy a pasar aquí! —gritó, mientras daba vueltas sobre sí misma.

Mientras giraba, saltaba y brincaba, apareció por allí un niño.

—Uy, niño —dijo Estrellita—. ¿Cómo te llamas? Yo soy Estrellita y me he caído del cielo.

—Hola, yo soy Gurcito —dijo el niño—. ¡Vaya, eres la estrella más bonita que he visto jamás! ¿Estás bien? ¿Quieres que te ayude a volver al cielo?

—Aquí estoy muy bien, pero me gustaría volver a casa —dijo Estrellita—. Seguro que mis hermanas están preocupadas por mí.

—Tengo una amiga que te puede ayudar —dijo Gurcito—. Es una bruja muy sabia, y muy buena, que se las sabe todas.

Estrellita y Gurcito fueron a ver a la bruja.

—Volver al cielo es muy fácil —dijo la bruja—. Solo tienes que conseguir un beso de amor verdadero.

—¡Anda ya! —dijeron Estrellita y Gurcito a la vez.

—Uy, perdón, me he equivocado —dijo la bruja—. Para volver al cielo solo tienes que coger impulso y saltar muy alto.

—¿Y cómo consigo hacer eso? —preguntó Estrellita.

—Tendrás que echarle ganas —dijo la bruja.

—¿Y si no tengo ganas? —preguntó Estrellita.

Gurcito sabía la respuesta:

—Pues una de dos: o saltas sin ganas o te quedas aquí abajo.

Estrellita se lo pensó.

—Aquí abajo se está muy bien —dijo.

—¿Y qué pasa con tus hermanas? —preguntó Gurcito.

—Uy, es verdad —dijo Estrellita—. Seguro que están muy preocupadas.

Estrellita, la estrella juguetonaSi lo piensas bien, esto es una gran oportunidad —dijo Gurcito—. Si aprendes a saltar lo suficiente como para volver a cielo, podrás volver siempre que quieras y volver a marcharte cuando te apetezca.

—¡Wala! ¡Es verdad! —dijo Estrellita—. ¿Me ayudas?

—Claro que te ayudo —djio Gurcito.

Estrellita tardó un poco en conseguirlo, pero gracias a la ayuda de su amigo y algún consejo que le dio la bruja, lo consiguió.

De vez en cuando, Estrellita vuelve a la Tierra a ver a su amigo Gurcito. Y todas las noches, le guiña un ojo desde el cielo. Y todas las estrellas dicen: “Mira qué suerte tiene Estrellita de tener un amigo del que acordarse todos los días”.
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