Mirando las estrellas
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Mirando las estrellas

Edades:
A partir de 4 años
Mirando las estrellas Orejitas era un conejito al que le encantaba quedarse mirando las estrellas por la noche. Pero como entre los árboles se veían muy poco, Orejitas buscaba un claro del bosque para observarlas. Y allí se iba a mirar el cielo.

Unas veces, Orejitas contaba estrellas. Pero como solo sabía contar hasta diez tenía que empezar muchas veces. Otras, Orejitas buscaba dibujos y formas. Algunas noches, cuando había pocas estrellas, Orejitas jugaba al escondite con ellas, a ver si así salían de una vez. Y cuando había nubes, Orejitas soplaba hacia el cielo con mucha fuerza para despejar el cielo.

Una noche, el cielo estaba tan bonito y tan estrellado que Orejitas se olvidó de que tenía que volver a casa. Esa noche Orejitas creyó ver una gran tarta de cumpleaños, un caballo galopando tras un cometa y un cocodrilo coronado como un emperador. Incluso le pareció ver un barco pirata saliendo por detrás de una isla desierta.

Como pasaba el tiempo y Orejitas no llegaba, su madre, muy preocupada, salió a buscarlo. Y llegó justo a tiempo, porque un lobo que rondaba por allí ya le había echado el ojo para cenárselo.

Orejitas se llevó un buen susto.

-Por favor, mamá, no me riñas, que ya he aprendido la lección -dijo Orejitas a su mamá.

-No te voy a reñir, ya sé que no se te va a olvidar -dijo su mamá-. Solo quiero que entiendas que debes estar muy atento.

-Es que el cielo estaba tan bonito… -dijo Orejitas.

-Sí, pero ¿qué hubiera pasado si el lobo te hubiera cogido? -preguntó mamá.

Orejitas empezó a llorar. Si el lobo le hubiera cogido ya no podría volver a contar estrellas, ni a descubrir pasteles en el cielo, ni a ver escenas maravillosas en las luces de la noche.

-Tengo una idea -dijo la mamá de Orejitas-. Mañana buscaremos un lugar seguro para contemplar las estrellas.

Orejitas se puso muy contento, porque no había nada en el mundo que le gustara tanto como mirar el cielo estrellado.

A la mañana siguiente, la mamá de Orejitas habló con unas amigas para que le echaran un mano, mejor dicho, unas alas. Porque esa noche Orejitas pudo contemplar las estrellas desde el cielo, como lo ven los pájaros.

Mirando las estrellasDos palomas cogieron a orejitas por el lomo y lo elevaron hacia el cielo. Y lo llevaron muy arriba, tanto que Orejitas creyó que iban a salir de la Tierra, como los astronautas.

-Mamá, ha sido maravilloso -dijo Orejitas- aunque al principio me ha dado un poco de miedo. Aunque cuando vi que estaba tan cerca que casi podía tocar el cielo se me olvidó que el suelo estaba muy abajo.

Desde entonces, Orejitas sigue contemplando el cielo por las noches, pero con mucho cuidado, escondido y solo un ratito. Porque es mejor verlo poco, pero todos los días, que echarlo todo a perder por no ser prudente.
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