El calcetín misterioso
Síguenos en:

El calcetín misterioso

Edades:
A partir de 6 años
Valores:
El calcetín misterioso Hubo una vez un niño muy curioso, llamado Mateo el Valiente, que se adentró en un bosque misterioso en busca de aventuras y fama. Todo el mundo le había advertido sobre los peligros que el bosque encerraba, pero a él todo eso poco le importaba. Y cuantas más historias le contaban, más ganas tenía de descubrir los secretos que aquel bosque encerraba.

Como os decía, Mateo el Valiente se aventuró a investigar los misterios del aquel bosque prohibido. Después de caminar un buen rato y no haber encontrado ni peligros ni amenazas ni nada digno de ser contado, decidió sentarse sobre una piedra que se encontraba a un lado del camino.

- ¡Hay que ver, qué bosque tan aburrido! -exclamó Mateo resignado y visiblemente decepcionado.

En ese momento apareció un misterioso hombrecillo y se sentó delante de Mateo, en silencio. Los dos se miraban fijamente, pero no decían nada. Al cabo de un rato, el hombrecillo se quitó un zapato y un calcetín. Después, colgó el calcetín de un árbol y metió el zapato en su bolsa. Y se marchó saltando a la pata coja, pues otro remedio no le quedaba.

- ¡Pero qué tipo más tonto! -dijo Mateo en voz baja, para que no le oyera nadie-. ¿Por qué se habrá quitado un zapato?

-Pues para colgar el calcetín, pedazo de zoquete, que pareces un juguete con cara de cojín -dijo una voz.

-¿Quién habla? ¿De dónde ha salido esa voz? -preguntó el niño.

-Colgado estoy de una rama esperando tu jugada, y si no me coges pronto vas a quedarte como un tonto.

-¿Cómo? ¿Un calcetín que habla…. en verso?

-Muchos secretos escondo, muchas historias y algún misterio. Y si piensas con criterio los encontrarás bien al fondo.

Mateo el Valiente estaba un poco desconcertado. A pesar de todo, se abalanzó sobre el calcetín para meter la mano dentro y descubrir lo que escondía aquel calcetín misterioso.

Justo en ese momento, Mateo vio aparecer al extraño hombrecillo dando saltos sobre una pierna repitiendo sin parar uno de los versos del calcetín.

-Y si piensas con criterio… Y si piensas con criterio… Y si piensas con criterio…
Mateo el Valiente de paró en secó, sorprendido por aquel suceso tan extraño y extravagante.

Entonces se le ocurrió que podría mirar dentro del calcetín antes de meter la mano, por si acaso se encontraba alguna sorpresa desagradable. Se acercó con cuidado y, de repente, un bicho peludo con muchas patas y algunos pinchos se asomó por el calcetín. El bicho miró a Mateo. Mateo miró al bicho. Y tras tres segundos que se hicieron eternos, el bicho se escondió.

En ese momento, el calcetín habló de nuevo:

- ¡Maldito hombrecillo cotilla! Casi cazo a este insensato. ¿Qué voy a poner en el plato, si se me ha escapado la cenilla?

El calcetín misteriosoEn cuanto oyó esto, Mateo el Valiente echó a correr todo lo rápido que pudo, y no paró hasta que llegó a su casa. Cuando llegó encontró una nota pinchada en la puerta que decía así:

La prudencia has de aprender
y a mirar con atención,
pues será siempre tu deber
practicar la observación
no te vaya a engatusar
un individuo parlanchín.
Hoy ha sido un calcetín
que resultó ser un liante
que si te descuidas te echa el guante
para lograr su botín.


Aquel día nuestro amigo aprendió una lección importante, y empezó a prestar atención a los consejos que le daban los mayores. Y desde aquel momento dejaron de llamarle Mateo el Valiente para convertirse en Mateo el Prudente (y además empezó a hablar en verso todo lo que podía, pues eso de las rimas le había hecho mucha gracia).
Puntuación media: 8,4 (4235 votos)
Tu puntuación:
Análisis de sus valores
Este cuento nos enseña lo importante que es ser prudentes, ya que nos ayuda a evitar peligros. Si no lo somos y por ejemplo nos fiamos de cualquiera como hace Mateo el Valiente, nos puede pasar que nos intenten engañar.
Cuentos con valores similares