Un abrigo olvidado en el parque
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Un abrigo olvidado en el parque

Edades:
A partir de 4 años
Un abrigo olvidado en el parque En una soleada mañana de sábado, Diego correteaba entre los árboles del parque local, disfrutando de la libertad del fin de semana. Entre risas y juegos, su mirada se posó en un abrigo solitario sobre un banco. Se acercó, curioso, y observó que no había nadie cerca que pudiera ser el dueño.

—Mira, mamá, he encontrado un abrigo —gritó Diego, sosteniendo la prenda con cuidado.

Su mamá se acercó, observando el abrigo con interés.

—Es un abrigo muy bonito, Diego. Pero alguien debe estar buscándolo. ¿Qué crees que deberíamos hacer? —preguntó su mamá.

Diego pensó por un momento.

—Nos lo podríamos quedar, que a papá le iría muy bien, pero que deberíamos buscar al dueño. Es lo justo —respondió.

Así, con el abrigo en sus brazos, Diego y su mamá comenzaron a preguntar por el vecindario. Preguntaron a cada vecino y en cada tienda, pero nadie parecía reconocer el abrigo.

—No te preocupes, Diego. Hiciste lo correcto al intentar encontrar al dueño —lo consoló su madre, viendo su desilusión.

Cuando estaban a punto de darse por vencidos, llegaron a la última casa de la calle, donde vivía el señor García, un anciano amable que siempre saludaba con una sonrisa. Al ver el abrigo, sus ojos se iluminaron.

—¡Ese es mi abrigo! Lo olvidé en el parque esta mañana. ¡Gracias por traerlo de vuelta, chaval! —exclamó el señor García, claramente aliviado.

DUn abrigo olvidado en el parqueiego sonrió, feliz de haber ayudado. El señor García, agradecido, invitó a Diego y a su madre a tomar una merienda en su casa. Mientras compartían galletas y té, el señor García contó historias de su juventud, llenas de aventuras y lecciones valiosas.

Esa tarde, Diego aprendió mucho más que la importancia de ser honesto. Aprendió que pequeñas acciones, como devolver un abrigo perdido, pueden crear conexiones y abrir las puertas a nuevas amistades y experiencias. Y mientras caminaba de vuelta a casa con su madre, sabía que esa experiencia se quedaría con él para siempre.
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