Reto pirata
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Reto pirata

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A partir de 6 años
Reto pirata Había una vez dos piratas enfrentados por antiguas rivalidades. Desde siempre, los dos piratas habían competido en todo, pero siempre quedaban igualados.

Si no se comparaban por el tamaño del barco lo hacían por el número de tripulantes o por la calidad de la tela de sus velas. Hubo una vez que incluso habían competido para ver quién se dejaba la barba más larga y quién la tenía más poblada.

Pero el tiempo pasaba y no había manera de que uno venciera al otro. Y a eso había que ponerle remedio, porque llegaba la hora de retirarse y querían medirse una vez más.

El problema es que no sabían a qué retarse. Uno de los marineros, que había empezado de grumete con uno de ellos, tuvo una idea:

—¿Por qué no hacéis una competición de pesca?

—Eso ya lo hicimos hace años, y nos quedamos como estábamos —dijo uno de los piratas.

—Llevad el reto más allá —dijo el marinero—. Construiros vuestro propio bote de pesca, tejed vuestras redes y construid vuestras cañas.

—¡Eso llevará semanas! —dijeron los piratas.

—Más interesante será entonces —concluyó el marinero.

A los piratas les pareció buena idea poder finalizar su vieja rivalidad con un reto tan interesante, así que se pusieron manos a la obra.

—El que más peces pueda ofrecer para la gran fiesta que celebraremos dentro de un mes gana el reto —dijo el marinero.

Y se pusieron manos a la obra.

Uno de los piratas terminó su barco enseguida, así como la confección de sus aperos de pesca. En menos de diez días ya se había puesto a pescar. Todos los días salía a pescar varias veces.

El otro tardó bastante más, y no pudo salir a pescar hasta una semana antes de que acabase el reto. Y solo regresó cuando se le acabó el plazo.

A la hora en fijada del día establecido se reunieron los dos piratas con varios testigos para ver quién había ganado.

El primer pirata, el que había acabado antes de construir su barco, tenía una gran montaña de peces. Pero la mayoría estaban podridos y no valían para nada.

Sin embargo, el otro pirata, aunque había pescado muchos menos peces, los tenía todos listos para la fiesta. Los primeros que había pescado los tenía preparados en salazón, para que no se estropearan. Los más frescos los tenía bien protegidos para que no se estropearan antes de tiempo.

—Parece que tenemos un ganador —dijo el marinero, señalando al segundo pirata.

Reto pirata—Pero yo he pescado muchos más peces —dijo el primer pirata.

—Ya; el problema es que no sirven para comer —dijo el marinero—. Te diste tanta prisa en construir tu barco que no tuviste en cuenta cómo ibas a conservar los peces hasta la fiesta. Tu rival, sin embargo, se preocupó de hacer un más grande en el que no solo pudiera almacenar más peces, sino que, además, lo preparó para poder salar el pescado y conservarlo. Pescó menos, pero no ha desperdiciado nada y ahora tiene muchos peces que ofrecer.

El primer pirata asumió su error y aprendió la lección. Desde entonces, los dos piratas salen a pescar juntos y comparten trucos de pesca. No se resisten a seguir midiendo sus capacidades, pero ¿qué hay de malo en seguir interesado en mejorar y en superarse cada día?
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