Tres fantasmas y un perchero
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Tres fantasmas y un perchero

Edades:
A partir de 8 años
Tres fantasmas y un perchero Había una vez una casa embrujada en la que vivían tres fantasmas. En la casa solo había un triste y solitario perchero muy antiguo que habían dejado olvidado los últimos habitantes de la casa.

Como no había nada más que hacer en la casa, los tres fantasmas se pasaban el día chinchando al pobre perchero. No había día que no le tirasen al suelo y le hicieran rodar por el viejo y desgastado suelo entarimado.

Una cosa que les gustaba mucho a los fantasmas era tirar al perchero escaleras abajo. También disfrutaban mucho vistiéndolo con telas de araña y pelusas de polvo.

Un día, harto de tanta humillación, el perchero decidió irse de aquella casa. Aprovechando el impulso al caer por la larga escalera, el perchero cogió fuerza y se fue directo contra la puerta de entrada.

El golpe fue tan grande que la puerta se abrió. Pero el perchero era muy ancho y se quedó trabado en el marco de la puerta.

Los fantasmas no podían parar de reír ante el intento frustrado del perchero por abandonarlos.

Pero no todo había salido mal. El perchero había hecho tanto ruido al estamparse contra la puerta que llamó la atención de unos excursionistas que por allí andaban.

-Mira, papá, ¿no es esa la casa que dicen que está embrujada?

-Sí, eso parece.

-Vamos a ver. Se ha abierto la puerta.

-Ni hablar.

-No me digas que crees en fantasmas, papi.

-No, hija, pero si nadie ha entrado allí en años por algo será.

La niña se quedó mirando desde la lejanía aquella casa tan misteriosa. Aprovechando un despiste de su padre se acercó un poquito más, pero no mucho. En el fondo, también le daba un poco de miedo.

La niña se acercó lo justo para ver al pobre perchero, viejo y desvencijado. Al verlo sintió mucha pena por él. ¿Qué habría pasado para que acabara ahí, después de tanto tiempo?

-Papá, ¿podríamos acercarnos lo justo para rescatar ese viejo perchero? Lo podríamos arreglar un poquito. ¿No quedaría genial, con ese estilo tan vintage?.

- ¿Tan vin qué?

-Ay, papá, tan vintage. Eso que dice mamá para llamar a los muebles viejos que está tan de moda.

Tres fantasmas y un perchero-Bueno, si es por eso…

La niña y su papá se acercaron con más miedo que vergüenza a coger el perchero. Cuando lo tuvieron y se fueron se oyó un tremendo estruendo dentro de la casa.

-¡Corre, hija!

Ya en casa la familia arregló el perchero y lo dejó como nuevo. El perchero, por fin, había encontrado un lugar tranquilo donde vivir, a pesar del esfuerzo y los daños sufridos, gracias a que una vez tomó la decisión de luchar por su libertad y su dignidad.

Mientras tanto, los fantasmas se había quedado solos, condenamos al aburrimiento para el resto de eterna vida.

-¡Ay! ¡Qué pena! Si nos hubiéramos portado mejor con el perchero….
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