Paula, Rubén y la caridad
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Paula, Rubén y la caridad

Edades:
A partir de 4 años
Valores:
Paula, Rubén y la caridad Paula y Rubén eran dos hermanos que iban a hacer la primera comunión muy pronto y, por eso, tenían que ir catequesis.

A Paula le hacía mucha ilusión, pero a Rubén no.

-¡Jolín! ¡Yo no quiero ir a catequesis! ¡Eso es un rollo! -decía Rubén.

-¡Venga Rubén! ¡Seguro que aprendemos un montón de cosas! -le decía Paula.

Por fin llegó el primer día de catequesis. Allí había un montón de niños y la catequista les contó muchas historias. Pero Rubén seguía pensando que aquello era un rollo.

-¡Jolín Rubén! ¡Eres un cabezota! ¿No ves que hay muchos niños? Seguro nos vamos a divertir un montón -le decía su hermana.

Los días pasaban y Rubén seguía enfurruñado, pero al final, con el ánimo que le daba Paula, también consiguió ilusionarse.

-¿Ves? ¡A veces hay que darle una oportunidad a las cosas en vez de negarse desde un principio! -le decía Paula, dándole una buena lección.

Un día, la catequista les habló de la caridad, pero ni Paula ni Rubén entendieron muy bien qué significaba, así que, cuando salieron, preguntaron a su abuelita Mercedes:

-Abuela, ¿qué es la caridad?

La abuelita intentó explicárselo, pero ellos no lo entendían. Mientras hablaban, vieron a un papá y a una mamá sentados en un portal con un cartel que decía:

“No tenemos ni dinero, ni comida, ni casa, ni trabajo y necesitamos ayuda”

Paula y Rubén se quedaron mirando y sintieron mucha tristeza. Entonces, su abuelita les dijo:

-Coged estas monedas y esta bolsa de comida que acabo de comprar y ofrecedlo a ese matrimonio.

Paula y Rubén cogieron el dinero y la comida y se la llevaron. Ellos los abrazaron muy fuerte. En ese momento, los dos niños se sintieron muy felices y sonrieron.

- Abuelita, ¡se han puesto muy contentos! -dijeron Paula y Rubén

-Paula, Rubén y la caridad¡Claro! ¡Les habéis ayudado mucho! Precisamente eso es lo que significa la caridad -les explicó su abuela.

-Entonces, ¿caridad es cuando ayudamos a alguien, o cuando compartimos nuestra merienda con los que no tienen, o cuando llevamos ropa y juguetes para los niños necesitados? -preguntaron los niños.

Su abuelita, los abrazó y les dijo:

-¡Eso es! ¡Por fin habéis aprendido lo que es la caridad! Y, ahora, tenéis que ponerlo en práctica todos los días.

Y así fue. Los dos niños entendieron lo que significaba y, desde entonces, siempre comparten sus cosas, ayudan a quien lo necesita y se preocupan por los demás.
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