Los hermanos que fundaron Roma
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Los hermanos que fundaron Roma

Edades:
A partir de 6 años
Valores:
Los hermanos que fundaron Roma Hoy todos sabemos que la capital de Italia es Roma, una ciudad preciosa con muchas cosas que ver como el Coliseo, el Foro o la Fontana de Trevi. Pero ¿cómo cómo se fundó esa ciudad tan artística?. Hay una leyenda que responde a esta pregunta y dice que fueron dos hermanos. Se llamaban Rómulo y Remo.

Rómulo y Remo eran hijos de una sacerdotisa que se llamaba Rea Silvia y de Marte, el dios de la guerra. Cuando nacieron, como su madre tenía prohibido tener hijos, los gemelos fueron arrojados al río Tíber dentro de una cesta. Esa cesta se quedó atrapada en la parte final del río, ya cerca del mar. Fue entonces cuando una loba llamada Luperca encontró a los niños y los recogió con mucho cariño. La loba los crió y amamantó en su guarida del Monte Palatino, pero un día un pastor los encontró y se los llevó para que su mujer los cuidase.

Cuando fueron mayores, Rómulo y Remo decidieron fundar una ciudad en el sitio donde los había recogido la loba Luperca. Los hermanos se convertirían en los reyes de la ciudad, pero al final las cosas se estropearon porque la envidia y los problemas fueron creciendo entre ellos. Para empezar, no se ponían de acuerdo sobre dónde fundar la ciudad. Así que pensaron que lo mejor era dejar que los dioses que decidieran por ellos.

ELos hermanos que fundaron Roman la desembocadura del río Tíber había siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Había que decidir en qué colina construir la ciudad. Para saber qué opinaban los dioses, decidieron fijarse en un grupo de pájaros. La colina elegida sería aquella en la que hubiese más aves.
En la del Palatino, Rómulo vio doce buitres y en otra, en la del Aventino, Remo vio sólo seis.
- ¡He ganado! ¡He ganado! - gritó triunfante Rómulo - Voy a hacer una línea para que todo el mundo sepa dónde comienza mi reino y no dejaré que nadie la traspase.

Su hermano Remo estaba muy enfadado, pero no le quedó más remedio que aceptar su derrota, así que decidió marcharse convirtiéndose Rómulo en
el único y primer rey de Roma.
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