Las tres pruebas de Bolino
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Las tres pruebas de Bolino

Edades:
A partir de 4 años
Las tres pruebas de Bolino Bolino era un niño muy tímido. En realidad, se llamaba Tino pero, como tenía tanto miedo a hablar con las personas y cuando alguien le hablaba se hacía bola, sus compañeros de clase le había puesto ese apodo. En realidad no es que se convirtiese en una bola, sino que encogía avergonzado y, si podía, se escondía en alguna esquina. Le pasaba lo mismo con la gente de su familia que no veía muy a menudo y con los vecinos de su edificio cuando se los encontraba en el portal. Tanta era su vergüenza que un día se levantó de la cama y muchas cosas habían cambiado. En las zapatillas, alguien misterioso le había dejado una nota que decía lo siguiente:

Bolino, Bolino, al mundo no has de temer.
Ese miedo que ahora tienes, se te quitará al crecer.
Para que aprendas y tú lleves las riendas,
tres pruebas has de pasar para tu valía demostrar
.

A continuación, la nota relataba una serie de pruebas que Bolino debía ir superando para vencer su timidez. Si no lo conseguía en tres días, uno por cada desafío, se convertiría en una bola para siempre. Es decir, sería un Bolino, pero de verdad.

Dispuesto a superar las pruebas a las que le retó aquel ser desconocido, el niño encaró la primera. Consistía en hacer algo que siempre le había dado mucha vergüenza: ir a una tienda a preguntar por una dirección. En cuanto entró en una peluquería a preguntar por la biblioteca más cercana, Bolino se dio cuenta de que no era tan difícil. No solo una persona, sino que dos estuvieron dispuestas a ayudarle e incluso le acompañaron hasta la esquina de la calle para darle mejor las indicaciones.

Tras esa primera prueba, el niño fue con todavía más ganas a la segunda. Se trataba de, en el patio del colegio, acercarse a un grupo de niños que estuviesen jugando a la comba y preguntar si se podía unir. A Bolino le encantaba saltar a la comba pero, como era tan tímido, nunca encontraba a nadie con quien jugar. Y claro, no podía jugar solo. Así que se acercó a aquellos niños que enseguida le aceptaron sonrientes en el grupo.

Las tres pruebas de Bolino La tercera y última prueba era saber decir NO. Bolino era tan vergonzoso que siempre accedía a todo y muchos niños en el cole se aprovechaban de él. ‘Dame tu bocata’, ‘hazme los deberes’, ‘llévame la mochila’. A nada de eso se podía negar nunca porque le daba mucha vergüenza decir que no. Hasta que se armó de valor y, cumpliendo la última prueba, Bolino empezó a decidir por sí mismo y no en función de lo que quisieran los demás.
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