La tortuga triste
Síguenos en:

La tortuga triste

Edades:
A partir de 3 años
La tortuga triste Doña Tortuga estaba siempre triste. Los animales del bosque intentaban animar a Doña Tortuga, pero nada funcionaba.

-¿Por qué estás tan triste, Doña Tortuga? -le preguntaban los animales del bosque.

-Porque soy muy lenta y no puedo alcanzaros nunca -respondía Doña Tortuga.

-Yo soy muy rápido, pero tengo que tener mucho cuidado con los cazadores -dijo Don Ciervo.

-Yo también soy muy rápido, pero no tanto como los animales que quieren comerme -dijo Don Conejo.

Pero Doña Tortuga seguía muy triste. Era una pena que sus amigos tuvieran problemas, pero a ella le gustaría mucho ser más rápida.

-Seguro que tú tienes algo que a nosotros nos vendría muy bien -dijo Don Búho.

-Soy lenta, pequeña y muy fea -dijo Doña Tortuga-. No hay nada que os sirva a los demás.

Un día que estaban todos los animales reunidos en un claro del bosque empezó a llover muy fuerte. Todos empezaron a correr, pero ya estaban muy mojados. Intentaron buscar refugio, pero estaban lejos de sus escondites.

A los pocos minutos el chaparrón cesó. Y todos se volvieron a reunir en el claro del bosque.

-La tortuga triste¿Estáis todos bien? -preguntó Don Ciervo.

-Estamos empapados y muy cansados -dijo Doña Coneja.

-Yo estoy seca -dijo Doña Tortuga-. Y no me he movido de aquí.

-Ahí tienes tu gran don, Doña Tortura -dijo Don Búho-. Tu caparazón te ha protegido de la lluvia.

Desde ese día Doña Tortuga no se volvió a quejar porque, aunque llevar tu casa a cuestas te haga ir más lento, también te protege en caso de necesidad.
Puntuación media: 8,5 (1351 votos)
Tu puntuación:
Cuentos con valores similares