La melena de Maira
Síguenos en:

La melena de Maira

Edades:
A partir de 6 años
La melena de Maira Maira presumía de tener la melena más larga y bonita del mundo. La verdad es que Maira tenía una melena larguísima, pero no tanto como para ser la más larga del planeta. Aun así, todos admiraban la belleza del cabello de Maira, que siempre llevaba suelto y bien peinado.

Con el tiempo la admiración se fue pasando porque, como pasa con todo, surgen novedades que llaman mas la atención y las cosas que una vez fueron interesantes terminan por aburrir si no hay algo que cree interés.

Maira se dio cuenta y decidió que tenía que hacer algo. Así que se fue a ver a una bruja para que le hiciera una pócima crecepelos para que su melena fuera cada vez más larga.

-Quiero la melena más larga del mundo -dijo Maira a la bruja.

-La tendrás, pero has de saber que no la podrás recoger jamás -dijo la bruja.

-No me importa -dijo Maira-. La llevaré siempre suelta para lucirla más.

-Pero hay otra cosas que debes saber, pequeña -siguió diciendo la bruja, mientras le entregaba la pócima mágica-. Si lo haces...

-Para ya de sermones, abuela -interrumpió la niña-. Así está bien.

Y acto seguido se bebió la pócima de un trago.

-He de saber que es el brebaje más asqueroso del mundo. Eso es lo que me querías decir, ¿verdad? -dijo la niña al terminar.

Pero no esperó a oír a la bruja y se fue.

Al día siguiente, Maira despertó con una melena que le llegaba a las rodillas.

-¡Wow! ¡Qué pasada! -dijo Maira-. Ahora volveré a ser el centro de atención de todos.

Y así fue. El problema fue que la melena de Maira era tan larga que apenas podía jugar con ella. Pero a la niña le daba igual. Con pasearse tenía suficiente.

Al día siguiente la melena de Maira llegaba hasta los tobillos, y al día siguiente hasta el suelo. Y la melena siguió y siguió creciendo.

Y lo que al principio era motivo de admiración se convirtió en motivo de burla, porque Maira iba arrastrando el pelo por todas partes y llevando consigo todo tipo de suciedad. Y como tenía el pelo tan largo, lavarlo era un auténtico martirio, y más cuando creció tanto que ya no cabía en la bañera.

Un día, Maira fue a una excursión a la montaña. En el autobús todos se reían de ella, porque necesitó cuatro asientos para ella y su pelo.

En plena visita un niño se cayó por un terraplén y se quedó colgando, agarrado a una piedra.

-Rápido, hay que tirarle una cuerda -dijo el profesor.

Pero no había cuerdas tan largas.

-La melena de MairaHacedme una trenza -dijo Maira.

Y así lo hicieron. Pero justo cuando el niño llegó arriba, el pelo de Maira se cayó y la niña se quedo completamente calva.

-¡Oh, no, mi pelo! -lloró Maira-. Esto es lo que quería decirme la bruja cuando la interrumpí. Que si me recogía alguna vez el pelo se me caería.

En ese momento, la bruja se le apareció y le dijo:

-Puedo retroceder el tiempo y volver justo al momento en que te hacen la trenza. Si lo evitas todo volverá a ser igual.

-¿Y dejar a mi compañero a su suerte? No, no lo haré. Prefiero quedarme calva.

Todos agradecieron el gesto de Maira. De cada beso que le dieron nació un nuevo pelo tan largo como sinceros fueron los gestos de sus amigos. Y así la niña volvió a lucir una larga y preciosa melena, pero esta vez nacida del cariño, no de la arrogancia.
Puntuación media: 8,7 (167 votos)
Tu puntuación:
Cuentos con valores similares