La historia de Matilde Montoya, primera doctora mexicana
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La historia de Matilde Montoya, primera doctora mexicana

Edades:
A partir de 8 años
La historia de Matilde Montoya, primera doctora mexicana Corría el año 1859. En Ciudad de México nacía Matilde Montoya. Nadie podía intuir entonces hasta qué punto la pequeña Matilde iba a ser importante para la historia de su país y cómo iba a influir en muchas otras naciones.

Matilde era una niña muy inteligente, pero también muy trabajadora, obstinada y segura de sí misma. Con tan solo 16 años, Matilde empezó a prepararse para ser partera, y pronto empezó a ejercer como tal. Pero lo que ella realmente deseaba era convertirse en doctora. Es más, ella quería ser ginecóloga. El problema era que, por aquella época, las mujeres no estudiaban medicina en México (ni en otros muchos países) y había muchos hombres que se oponían.

Sin embargo, tras un primer intento de ingresar en la universidad par estudiar medicina, Matilde fue rechazada. Y eso a pesar de haber acreditado toda la formación requerida y haber superado el examen de ingreso.

Finalmente, en 1882 consiguió entrar. Esto causó un gran revuelo que enfrentó a los miembros de la comunidad universitaria en dos bandos. De hecho, al final del primer curso intentaron expulsar a Matilde.

Esta recurrió al presidente del Gobierno para que la ayudara, el cual tomó partido y consiguió que Matilde siguiera estudiando Medicina.

La historia de Matilde Montoya, primera doctora mexicanaMatilde siguió sus estudios, pero se encontró con un gran escollo final: la universidad no le permitía presentarse al examen final para conseguir su título en Medicina.

Una vez más, Matilde no se cayó y volvió a recurrir al presidente. Este se presentó en la universidad para abogar por la joven Matilde y proclamó un decreto presidencial por cual se permitía a las mujeres acceder a los mismos derechos y obligaciones que los hombres para el estudio de la Medicina.

Así, en 1887, Matilde Montoya se convirtió en la primera doctora mexicana, no solo gracias a su inteligencia, sino también a su persistencia, a su valentía y a su coraje.
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