La chica de la secuoya
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La chica de la secuoya

Edades:
A partir de 4 años
La chica de la secuoya Un verano Patri y su familia pasaron las vacaciones en una cabaña de madera. Había sido recomendación de unos amigos, pero quedaron tan contentos que decidieron comprar una propia para poder ir también los fines de semana.

Estaba cerca de un bosque y había un hermoso lago. Patri y su hermana Lore decidieron convertir una de las habitaciones de la cabaña en su guarida de los secretos. Empezaron a guardar allí todo lo que les resultaba curioso y misterioso. Una colmena vacía, piedras que por acción del agua del río habían adquirido forma maravillosa, flores que nunca habían visto u objetos perdidos de excursionistas. En este apartado encontraron una brújula, una cantimplora oxidada, unos prismáticos y una fiambrera. Todo eso lo habían recolectado en solo un verano así que las hermanas estaban muy contentas.

Una mañana, por una discusión tonta con sus padres, la hermana de Patri se fue de casa. Más tarde sus padres le dijeron que no encontraban a su hermana y le interrogaron por si sabía a dónde había ido.

Patri tenía una ligera sospecha de dónde podía estar Lore y así se lo hizo saber a sus padres. Se adentró en la oscuridad de la noche y empezó a ir de claro en claro del bosque en busca de su hermana. Estuvo semanas y semanas, meses y meses, años y años.

Al final, todos perdieron la esperanza de encontrarla. La recuperaron cuando, veinte años después, salió en las noticias que había aparecido una chica que vivía sola en el tronco de un árbol en mitad del bosque. Era una secuoya, uno de árboles más grandes que existen y pLa chica de la secuoyaor lo tanto el tronco era muy ancho. Allí Lore, porque la chica misteriosa era ella, se pudo construir una pequeña casa en la que había pasado todo ese tiempo. Se había estado alimentando de bayas del bosque y de peces que pescaba en un río cercano. En realidad estaba muy a gusto allí y se había convertido en una especie de ninfa. Así que no quiso volver a casa. Sus padres y su hermana lo aceptaron y, en vez de ponerse tristes, decidieron pasar todos los veranos cerca de esa gran secuoya para estar cerca de ella.
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