En busca del cocinero para la Nochevieja de palacio
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En busca del cocinero para la Nochevieja de palacio

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A partir de 4 años
En busca del cocinero para la Nochevieja de palacio Llegaba la noche de fin de año y el rey llamaba a su mayordomo para informarle de cuales eran sus peticiones navideñas en ese día tan especial:

-Buenos días, Robustiano, hoy es día 30 y mañana celebraremos en palacio la cena de Nochevieja. Me gustaría que buscaras al mejor cocinero de la ciudad para que venga mañana a hacernos una cena con mis platos favoritos.

Robustiano aceptó, porque era su obligación, pero se puso muy nervioso. Quedaba un día nada más ¿Dónde iba a encontrar él un cocinero que viniera a palacio y tuviera tiempo para encontrar todos los alimentos que componen el menú favorito del rey?

Robustiano intentó no desesperarse y decidió ir primero a todos los restaurantes de la ciudad. Hablaba con los dueños y los cocineros y les ofrecía una buena propina, pero ninguno de ellos quería. Sabían cuál era el menú favorito del rey. Era un encargo demasiado exigente.

Robustiano fue a las asociaciones de las mejores mujeres cocineras y el problema que tenían es que no tenían todos los alimentos para componer la carta. Robustiano, que veía que ya era tarde, puso un cartel por toda la ciudad. Mucha gente que lo veía le comentaba que no encontraría a nadie un 30 de diciembre, que todo el mundo quería pasar ese día con su familia y amigos.

Se sentó en un banco en el momento en el que caía la oscuridad de las tardes invernales y de repente un hombre se paró y lo llamó por su nombre:

-Hola Robustiano, ¿Qué haces aquí que no estás en palacio?
-Hola José Luis. El rey me pidió el encargo de encontrar hoy un cocinero para que mañana tengáis su menú favorito en esa cena a la que tú estas invitado. Y no he podido encontrar a nadie. Creo que ya he intentado todo lo que se me ha ocurrido ¿Qué puedo hacer?

-Uhm, es una tarea difícil. ¿Cuántos invitados somos?

-Unos ciento cincuenta invitados. ¡Esto va a ser un desastre! Me van a echar a los fosos de palacio y no volveré a trabajar para el rey.

-Se me ocurre una idea. ¿Por qué no avisas a todos los invitados y cada uno prepare un plato y lo llevamos mañana?

- No sé, se enfadará el rey. ¿Podría verlo como una sorpresa?

-¿Qué más opciones tienes, Robustiano?

-¡Tienes razón!

-Yo llamaré a una mitad y tu a la otra mitad.

-Muchas gracias. Me voy corriendo a palacio a organizarlo todo.

Robustiano llamó a los invitados y todos lo vieron una buena idea, aquellos que no estaban muy convencidos hicieron un plato poco elaborado.

Cuando el rey preguntó a Robustiano donde estaba el cocinero, este le dijo que era un cocinero tan especial que se mantenía en la sombra hasta la noche. El rey, muy animado por tanto misterio, esperaba nervioso la cena de nochevieja.

En busca del cocinero para la Nochevieja de palacioCuando llegó la hora el rey bajo a su gran salón, Robustiano le informó que ya habían llegado todos los invitados y que los mayordomos ya habían puesto la mesa de gala. El rey entró triunfal por el salón y se quedó perplejo al ver que todos los invitados tenían un plato en sus manos.

-¿Qué es esto, Robustiano? ¿Y el cocinero? -gritó el rey.

José Luis intercedió por el mayordomo.

-Mi rey, queríamos hacer una Nochevieja especial y colaborar todos con esta fiesta así que hemos traído un plato y que mejor que compartir todos lo que está hecho con nuestras manos.

-¡Qué emocionante! Muchas gracias por el detalle. Y a ti, Robustiano, por guardar la sorpresa.

Robustiano suspiró aliviado y el rey disfrutó desde ese momento de una de las mejores nocheviejas de palacio.
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