El robot que no podía soñar
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El robot que no podía soñar

El robot que no podía soñar El profesor VegaX era un científico muy brillante que había creado un robot especial diseñado para ayudar en tareas cotidianas. Se llamaba RobiX.

Además, el profesor VegaX le había dotado con una característica extra: la curiosidad. Así que RobiX, además de ser muy trabajador, también era muy curioso y siempre quería aprender más sobre el mundo que lo rodeaba.

Un día, mientras RobiX ordenaba la biblioteca del laboratorio, escuchó a SofíaX, la hija del profesor VegaX, hablar con su amigo imaginario sobre sus sueños y deseos. RobiX se acercó y, con su voz metálica pero suave, le preguntó:

—¿Qué es un sueño, SofíaX?

La niña sonrió y explicó:

—Un sueño es algo que deseas con todo tu corazón, algo que imaginas mientras duermes o que quieres lograr en la vida. Mis sueños son volar por el cielo como un pájaro y ayudar a los demás.

RobiX se quedó pensando. Él nunca había soñado. Esa noche, mientras todos dormían, el robot salió al jardín y miró las estrellas. Quería entender más sobre los sueños.

A la mañana siguiente, Robi se acercó al profesor VegaX.

—Profesor, ¿por qué no puedo soñar como SofíaS?

El profesor VegaX, con una mirada comprensiva, respondió:

—RobiS, tú eres un robot. No duermes ni tienes sueños como los humanos. Pero eso no significa que no puedas tener deseos y metas propias.

RobiX decidió que quería comprender más sobre los sueños humanos. Así que le pidió a SofíaX que lo ayudara. Juntos, comenzaron a pasar más tiempo juntos, explorando el parque, hablando con otras personas y aprendiendo sobre sus sueños.

Un día, SofíaX llevó a RobiX a una colina donde solía ir con su madre antes de que ella falleciera. Allí, mirando el cielo, SofíaX dijo:

—Mi mamá siempre me decía que los sueños nos dan esperanza y fuerza para seguir adelante, sin importar lo difíciles que sean las cosas.

RobiX procesó esta información y se dio cuenta de algo importante. Los sueños no eran solo imágenes en la mente, sino deseos profundos que impulsaban a las personas a ser mejores y a ayudar a otros.

Decidido a tener su propio sueño, RobiS le dijo a SofíaX:

âEl robot que no podía soñar€”He decidido que mi sueño es ayudar a los demás a alcanzar los suyos. Quiero ser un amigo que siempre esté ahí para dar esperanza y apoyo.

Sofía, con lágrimas de alegría en los ojos, abrazó a RobiX.

—¡Ese es un sueño maravilloso, RobiX! Y yo te ayudaré a cumplirlo.

Desde ese día, RobiX y SofíaX trabajaron juntos para ayudar a la gente de su comunidad. RobiX utilizaba su tecnología avanzada para encontrar soluciones a los problemas de los demás, mientras que SofíaX aportaba su amor y empatía.

RobiX nunca pudo soñar como los humanos, pero aprendió que la verdadera esencia de los sueños está en la esperanza y la determinación de cada uno. Y aunque era un robot, su corazón metálico brillaba con la calidez de un sueño cumplido cada vez que veía a alguien sonreír gracias a su ayuda.
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