El Robapañales
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El Robapañales

Edades:
A partir de 6 años
El Robapañales Decenas de niños esperaban que empezara el Cuentacuentos. A la hora acordaba, entraba en escena un peculiar personaje vestido con pañales de pies a cabeza. El cuentacuentos empezó su narración:

Había una vez un ladrón muy peculiar que se dedicaba a robar pañales. Pero no pañales limpios y bien doblados, no. El Robapañales, como se le conocía ya en la ciudad, se dedicaba a robar pañales sucios.

El Robapañales cogía todos los pañales sucios de los bebés y se los llevaba sin tocar nada más. Al principio la gente de la ciudad se escandalizó mucho. ¿Qué tipo de guarrería era esa de robar pañales sucios? Pero con el tiempo todo cambió y, lo que la gente hacía, era ponérselo fácil al Robapañales.

Un día, la ciudad amaneció con un curioso tufo, pero nadie sabía de dónde venía. A medida que pasaban las horas el tufo aumentó hasta tal punto que ya no había quien aguantara aquel horrible olor. Algunas personas incluso se desmayaron con aquella peste.

-Esto es un ataque biológico en toda regla -dijo el jefe de policía, mientras repartía mascarillas antigas-. Hay que acabar con los responsables. Es imposible que huela así de mal por motivos naturales.

Con las mascarillas puestas, y a la espera de que llegaran equipos especializados, los policías se pusieron a buscar la fuente de aquella peste. Caminando hacia donde el olor era más intenso llegaron hasta una montaña enorme de algo que humeaba y desprendía un olor insoportable.

-¿Qué es esto? -gritó el jefe de policía.

-¡Es mi botín! -dijo alguien que se había colocado detrás de los policías mientras no le veían.

-¿Tu botín? -preguntó el jefe de policía.

-Soy el Robapañales -dijo el hombre-. Todo esto es lo que he recogido en los últimos dos meses.

-¡Imposible! -gritó el jefe de policía.

-Sí, es posible -dijo el Robapañales-. Todo esto que ahora tenéis ante vosotros es solo una muestra de todos los desechos que se generan.

-Pero, ¿qué vamos a hacer con esto si no es tirarlo? -preguntó el jefe de policía.

-Hay que tomarse en serio el medio ambiente -dijo el Robapañales-. ¿Dónde creéis que van a parar todos estos pañales? Hay que buscar soluciones para reciclar todo esto.

-¡Pero si están llenos de caca y de pis! -gritó el jefe de policía.

-Eso no significa que no se pueda reciclar -dijo el Robapañales.

-Pero, ¿cómo? -preguntó el jefe de policía.

El Robapañales sacó los planos de una máquina.

-Con esto -dijo el Robapañales-. No encuentro financiación para poner en marcha este proyecto para convertir los pañales sucios en energía.

-Y como nadie te escucha has decidido darnos una lección, ¿no? -dijo el jefe de policía.

El Robapañales-Exacto -dijo el Robapañales.

A los habitantes de la ciudad les quedó bien claro que había que tomarse en serio la gestión de los residuos y, entre todos, contribuyeron a la construcción de la máquina de reciclar pañales y de otras máquinas más diseñadas también por el Robapañales, para la transformación de otro tipo de residuos en energía.

El Robapañales, en vez de quedarse a disfrutar de su triunfo, se fue a otras ciudades a hacer de las suyas para concienciar a la gente. El rumor se corrió y, cuando el Robapañales llegaba, no tenía que hacer de las suyas, porque varias máquinas con sus diseños ya estaban en funcionamiento para reciclar.

-¡Eso es mentira! ¡Los pañales se tiran a la basura! -gritó un niño del público.

-Eso es que el Robapañales aún no ha pasado por aquí -dijo el narrador-. ¡Suerte cuando llegue, amigos!
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