El policía miedoso
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El policía miedoso

Edades:
A partir de 6 años
El policía miedoso Había una vez un policía tan miedoso que cada vez que tenía que salir a patrullar se ponía enfermo. Si le llamaban porque ahí un atraco se mareaba. Si le avisaban para que fuera a atender una urgencia le entraban náuseas y se iba a vomitar. Y así, con todo.

Todos los policías se reían de él. ¿Qué clase de persona se hace policía si tiene miedo a los delincuentes?

Un día llegó a la comisaría un tipo extraño, vestido todo de negro, con un gorro y una enorme bufanda. El policía miedoso lo miró desde su mesa. Se levantó y, dirigiéndose a la salida, pensó:

-¿Qué hará ese tipo con tanta ropa? -pensó-. Hace mucho frío fuera, pero ¿aquí dentro? ¿Por qué no se habrá bajado la bufanda?

No le dio tiempo a pensar más. El extraño hombre agarró a un señor que estaba por allí poniendo una denuncia, se sacó una enorme pistola de debajo de su abrigo y gritó:

-¡Todo el mundo quieto si no quereís que le haga daño a este hombre!

El policía miedoso ya había llegado a la puerta y estaba detrás del bandido. En cuanto vio lo que pasaba se tiró a suelo y se metió debajo de una mesa.

-Ahí va el valiente -pensaron todos los policías que lo vieron.

El bandido volvió a hablar:

-Quiero que saquéis a mi amigo Pablo del calabozo inmediatamente.

-No podréis salir de aquí -le dijo el capitán-. Esto es una comisaría de policía.

-Eso ya lo veremos -dijo el bandido-. Ahora, vete a por mi amigo.

-Está bien -dijo el comisario-. Ven conmigo.

-De eso nada -dijo el bandido-. Tráemelo y no hagas tonterías.

El policía miedoso observaba la escena desde debajo de la mesa. El bandido no se había dado cuenta de que estaba allí. Tenía una oportunidad y decidió aprovecharla.

Mientras el bandido y el comisario discutían, el policía miedoso salió silencioso y, con una maniobra rápida, desarmó al bandido, lo tumbó y le tiró al suelo.

Los demás reaccionaron rápidamente y apresaron al bandido que, de la sorpresa, se había quedado como petrificado.

-Vaya, y aquí todos pensando que te daban miedo los delincuentes -dijo el comisario.

El policía miedoso-Lo que me da miedo es el coche patrulla-dijo el policía-. Y la moto también. En general, cualquier cosa que se mueva rápido. Pero ¡si siempre vengo andando! Y eso que vivo a una hora de camino de aquí.

-Pues eso tiene remedio -dijo el comisario-. ¡No vamos a desperdiciar todo ese talento!

Desde ese día al policía miedoso lo pusieron a patrullar a pie. ¡Cómo sorprendió a todos atrapando a los malvados! ¡Parecía sacado de una película de artes marciales! Y ¡cómo corría! Ni uno de los que huían corriendo conseguía escapar!

Ya nadie se ríe del policía miedoso. Porque, aunque cada uno tengamos nuestras limitaciones y nuestros miedos, también tenemos cosas importantes que ofrecer.
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