El pájaro policía
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El pájaro policía

Edades:
A partir de 6 años
El pájaro policía Había una vez un policía llamado Filomeno. Filomeno tenía un pájaro muy astuto y sagaz que había entrenado durante años. De hecho, el pájaro tenía siempre la jaula abierta y entraba y salía cuando quería.

Un día, unos ladrones entraron a robar en casa de Filomeno. Los ladrones fueron tan silenciosos que el experimentado policía ni se enteró de su llegada. No así el pájaro, que enseguida salió de su jaula, piando como si fuera una urraca, y picoteando a los ladrones para que se fueran.

Filomeno se levantó enseguida, pero no llegó más a ver a los ladrones huir despavoridos por la escalera.

-Pajarito mío, mañana te vienes a trabajar conmigo a la comisaría -dijo Filomeno.

El pájaro se puso muy contento. Sería el primer pájaro policía del mundo.

Cuando los demás policía vieron llegar a Filomeno con el pájaro sobre su hombro no se podían creer. Poco tardaron en empezar a hacer bromas y a burlarse de Filomeno. Hasta los perros policía se reían, a su manera, al ver al pajarito.

-No te preocupes, pajarito, que ya tendrás tiempo de demostrar lo equivocados que están todos estos listillos.

Ese mismo día hubo un robo en un centro comercial. Los guardias de seguridad habían cerrado el edificio y los ladrones estaban atrapados.

Pero el centro comercial era grande. Era peligroso que los ladrones estuvieran allí. Había que ser rápidos y atraparlos. Pero nadie sabía dónde se habían metido los ladrones.

Los perros entraron, pero no lograron encontrar a ninguno de los rufianes.

-Es tu turno, pajarito -dijo Filomeno.

EEl pájaro policíal pajarito salió volando y se metió en el centro comercial. Al cabo de un rato salió y empezó a piar muy fuerte. Filomeno lo siguió, junto con otros dos policías, que fueron tras él a regañadientes.
A los pocos minutos, Filomeno y sus compañeros sacaban a los ladrones esposados. El pajarito los habían encontrado muy bien escondidos. Alguno salía bien picoteado, porque había intentado escapar.

Ese día condecoraron a Filomeno y también a su pájaro, que pasó a formar parte de la plantilla por mérito propio.

-Nunca dejes que nadie se ría de ti por tu tamaño, pajarito -le dijo Filomeno-. Que para hacer cosas grandes no hace falta tener un gran tamaño.
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