El niño desobediente
Síguenos en:

El niño desobediente

Autor:
Edades:
Todas las edades
El niño desobediente A Javi le llamaba mucho la atención cómo se comportaba Diego, su amigo de la escuela. Diego era desalineado, poco aplicado, se dormía recién a la madrugada y comía siempre comida chatarra.

En cambio, Javi comía muchas frutas, sus comidas eran casi siempre saludables salvo por ocasiones especiales, tenía sus tareas al día y se acostaba temprano para descansar adecuadamente.

Javi siempre que visitaba a su amigo, veía a los padres de Diego regañándolo y sugiriéndole que haga las cosas diferentes. Los padres de Diego le decían "acuéstate temprano", "cómete las frutas" o "haz tu tarea".

Pero Diego no hacía caso a lo que le decían, simplemente hacía todo lo contrario. Javi estaba convencido de que su amigo era un niño desobediente.

A Javi eso le preocupaba porque veía como su amigo se perjudicaba con sus malos hábitos. Un día que estaba con cara sería pensando en el asunto en el sofá de su casa su padre le preguntó:

—¿Qué pasa Javi que andas con esa cara de preocupado?

—Es que pensaba en Diego, se la pasa comiendo mal, no hace sus tareas y duerme muy poco.

—Eso es cierto, ¿Y qué es lo que tanto te preocupa de ese asunto?

—Que sus padres le dicen todo el tiempo que haga las cosas mejor, y él no hace caso. Parece que fuera sordo o no entendiera —respondió Javi, afligido.

—No hace caso a lo que le dicen, eso es cierto Javi. ¿Pero te has puesto a observar a los padres de Diego? —preguntó su padre.

—No mucho papá, ¿por qué me preguntas?

—Es que los padres de Diego le dicen una cosa, pero hacen otra. Fíjate que le piden que se duerma temprano y ellos se quedan despiertos hasta altas horas de la noche. Le piden que coma saludable y ellos se la pasan comiendo porquerías. Y le piden que haga sus tareas y su casa es un desorden total.

—¿Y entonces? —preguntó Javi.

El niño desobediente—Y entonces, Diego tiene mensajes contradictorios. La realidad es que se educa con el ejemplo. Diego está haciendo lo que ve en su entorno.

—Entiendo.

—Pero tranquilo, Diego es un niño inteligente y seguramente logrará hacer las cosas mejor. De todas formas, cuando vea a sus padres les comentaré al respecto.

Después de esa charla, Javi se sintió un poco más tranquilo, y pudo comprender que el ejemplo y lo que uno ve en su entorno enseña mucho más que las palabras. Javi ya no pensó en su amigo Diego como un niño desobediente, y lo ayudó en cuanto pudo mostrándole otras realidades.
Puntuación media: 8,6 (688 votos)
Tu puntuación:
Cuentos con valores similares