El gnomo que quería ser gigante
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El gnomo que quería ser gigante

Edades:
A partir de 6 años
El gnomo que quería ser gigante Había una vez un gnomo pequeñito que quería ser un gigante. Todos los demás gnomos se reían de él, porque eso no era posible. Pero el gnomo estaba seguro de que, si persistía en sus deseos, lograría su deseo.

Y funcionó. El Hada Maravillas tuvo noticia del deseo del pequeño gnomo y decidió concedérselo. Pero le advirtió lo siguiente:

-Siempre serás un gnomo de corazón, porque hay cosas que ni siquiera puedo cambiar.

El gnomo no entendió muy bien a qué se refería el Hada Maravillas, pero aún así le pidió que siguiera adelante.

Tras un raro encantamiento, el gnomo se transformó en un enorme gigante. Estaba loco de contento. Se puso a correr como loco. Y a saltar y a gritar.

Cuando paró y miró a su alrededor se dio cuenta de que no sabía dónde estaba. Y cuando miró al suelo lo vio tan lejos que incluso se mareó.

El gnomo gigante fue a buscar a otros gigantes, pero lo rechazaron.

-Solo eres un gnomo grande, márchate -le dijeron.

Tras varios días buscando otros gigantes y no encontrar ninguno que le aceptase, el gnomo gigante volvió a su aldea. Pero allí no quedaba nadie, no quedaba nada. Todo estaba destruido. Entonces el gigante se dio cuenta de que había sido él. Buscó a sus amigos y a su familia, pero no los encontró.

-¿Los habré aplastado? -se preguntó.

Estaba a punto de empezar a llorar cuando por allí apareció el Hada Maravillas.

-Huyeron, todos huyeron -dijo el Hada Maravillas-. Justo a tiempo de no ser aplastados.

-Lo siento -sollozó el gnomo gigante-. Si pudiera deshacer todo esto y volver a ser un gnomo pequeñito....

-El gnomo que quería ser gigante¿Es lo que deseas? -preguntó el Hada Maravillas.

-Con todo mi corazón -contestó el gnomo gigante.

El Hada Maravillas devolvió al gnomo a su estado original y arregló todo lo que había destrozado. Luego llamó a los demás, que volvieron enseguida, muy contentos de que su amigo hubiera recapacitado.

-Lo siento mucho -dijo el gnomo a todos los demás-. No pensé en cómo os afetaría a vosotros que yo me convirtiera en gigante, ni pensé que os perdería, ni que me quedaría solo para siempre.

Todos le dieron un abrazo y celebraron una gran fiesta.
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