El descubrimiento de Álvaro
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El descubrimiento de Álvaro

Edades:
A partir de 6 años
Valores:
El descubrimiento de Álvaro Álvaro se había ido de fin de semana con sus padres a un pueblecito de la zona norte donde hacía mucho frío, pero donde iban a poder hacer fantásticas rutas entre bosques. Cuando llegaron al pueblo dejaron las cosas en su fantástico hotel y se fueron a recorrer el lugar. Más que un pueblo resultó ser una villa de grandes calles empedradas y con muchos restaurantes y tiendas lo único que parecía extraño es que muchos hoteles se encontraban cerrados. Cuando volvieron a la hora de la cenar al hotel papá hablo con el señor de recepción y este les dijo que en verano todos los hoteles tenían las habitaciones ocupadas pero que ahora en invierno no era así y muchos cerraban sus puertas. Álvaro se durmió dibujando con su tableta árboles y animales, los bosques le encantaban.
Al día siguiente bajaron al salón del hotel a desayunar y justo cuando ya estaban acabando mamá tropezó con su taza de café y se le cayó el líquido encima de la ropa. Y mientras ella fue a cambiarse a la habitación de ropa y papá quedó en la mesa leyendo el periódico Álvaro fue a investigar por el hotel.
En la recepción había muchas ventanas y al mirar a través de una de ellas vio una especie de castillo, un edificio especial, con torres y cortinas y con grandes puertas de madera.
Álvaro miró para los dos lados y no se encontró con ningún adulto, así que corriendo se fue hacia la puerta de entrada del hotel, salió y se fue directo a comprobar si aquello que había visto por la ventana era un castillo.
Pisó las hojas crujientes que dejaban los árboles otoñales en el suelo y se acercó al supuesto castillo ahora con algo más de miedo que antes. Se fijó en las enormes piedras que formaban el edificio y se dio cuenta que no era un castillo estaban delante de un gran hotel abandonado. Cuál fue su sorpresa cuando detectó que la gran puerta de madera no estaba cerrada del todo. Es como si hubiera quedado entreabierta para que el propio hotel pudiera respirar.
¿Qué hacer? ¡Menuda aventura si entraba! Pero por otro lado no se atrevía ¡Menuda la riña que le iba a caer de sus padres! En ese debate estaba cuando sintió un ruido y más miedo le entró que acabó metiéndose dentro. Movió la puerta de madera para pasar pero no la cerró. Delante de él aparecieron grandes muebles de madera llenos de telarañas que hacían de recepción, de armarios… ¡Qué bonito! De repente otra vez otro ruido quizá era mejor marcharse puede ser que fuerEl descubrimiento de Álvaroa un hotel…. ¡Encantado!
Se dirigió hacia la puerta, pero delante de él algo apareció corriendo, Álvaro no pudo ni mirar cerró los ojos fuertemente. Solo pensaba: Por favor, por favor, que no sea un fantasma, que no sea un fantasma….
Abrió los ojos y se encontró con un gato negro con cara de enfadado. Álvaro soltó un grito muy fuerte y el gato también se asustó porque alguien abrió la puerta del hotel, el padre de Álvaro. Le mandó venir corriendo, sus padres se habían asustado por qué no lo encontraban.
Álvaro miró para dentro del hotel a ver si podía ver al gatito para despedirse, no fue así, este ya se había ido. Cuando se juntaron de nuevo los tres Álvaro, papá y mamá el pequeño no paró de contarles su aventura y todo lo que había visto dentro de ese hotel especial.
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