El cazador de alienígenas
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El cazador de alienígenas

Edades:
A partir de 6 años
El cazador de alienígenas Markus Tarkus era un famoso cazador de alienígenas que recorría el universo atrapando todo tipo de seres para llevarlos a la Tierra. Lo que pasaba con ellos allí no le importaba nada.

Y así, poco a poco, el CEHU, Centro para el Estudio de los Habitantes del Universo, se iba llenando de alienígenas procedentes de diferentes planetas. Y la mayoría habían sido llevados allí por Markus Tarkus, el cazador de alienígenas más eficiente de todo el planeta Tierra.

Un día Markus Tarkus llegó a un planeta en el que apenas había tierra firme, pues la mayoría era agua. Markus Tarkus aterrizó en una pequeña isla no mucho más grande que su nave y, sin bajarse de ella, exploró el entorno. Fue entonces cuando las vio: eran como una especie de ballenas mutantes muy grandes. Pero lo que realmente sorprendió a Markus Tarkus es que todas tenían un espejo y en él se miraban muchas veces.

Markus Tarkus activó el sistema de captación de sonido. Parecía que las ballenas hablaban, y quería saber qué decían.

-Esto es increíble -dijo Markus Tarkus-. Las ballenas no hablan entre ellas. Solo se dicen cosas a sí mismas.

Activando el super traductor interestelar, Markus Tarkus pudo entender lo que aquellos seres se decían: “Eres lo más bonito del mundo”, decía una. “No hay nadie como tú”, decía otra. “Eres una maravilla inigualable”, decía otra.

Sin pensárselo dos veces, Markus Tarkus activó el sistema que llenaba el tanque de agua de la nave. Cuando estuvo lleno fue a cazar a una de las ballenas mutantes. Fue realmente sencillo, porque mientras se miraban en el espejo y se adulaban a sí mismas no prestaban atención a nada más.

Entre el peso del tanque lleno de agua y la ballena mutante la nave de Markus Tarkus estaba al límite de su capacidad, así el piloto fue directo a la Tierra.

Markus Tarkus no veía el momento de dejarla en la Tierra. Porque no paró de hablar durante todo el trayecto. Y todo el rato se decía lo mismo: que si era maravillosa, que si era lo mejor de la galaxia, que si nada podía compararse a su belleza y a su grandeza, y cosa así.
Cuando los científicos del CEHU, Centro para el Estudio de los Habitantes del Universo, vieron aquello, quedaron sorprendidos. Pero pronto se hartaron de ella, porque no paraba de decirse cosas todo el día.

EEl cazador de alienígenasl resto de alienígenas tampoco estaban nada contentos, así no paraban de protestar. Cada uno en su idiomas, mientras los super traductores funcionaban a tope por tanto alboroto.

Markus Tarkus no tuvo más remedio que llevarse a la ballena mutante. Y a todos los demás. Porque en cuanto se dieron cuenta de que molestando podrían volver a casa, no pararon de dar la lata hasta que Markus Tarkus los devolvió a sus respectivos mundos.

Ahora Markus Tarkus recorre el universo con otra misión: entrevistar a los habitantes de otros planetas y recoger información que pueda ser útil en el planeta Tierra.

A donde no volvió fue al planeta de las ballena mutantes. Pues poco se puede aprender de quien se pasa el día mirándose y maravillándose de su propia existencia, sin apreciar la grandeza que hay en todo lo demás.
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