Construyendo nidos
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Construyendo nidos

Edades:
A partir de 4 años
Construyendo nidos Lucía había pasado una larga temporada en casa cuando la operaron de
apendicitis. Pero lejos de aburrirse aprovechó cada momento del día para hacer
todo tipo de cosas. Por ejemplo, mirar por la ventana. Gracias a esa afición que
siempre había tenido pudo observar cómo un bonito pájaro, día a día, fue haciendo
un nido para sus crías. Un pájaro que al final resultó ser una bonita golondrina.

Lucía la descubrió un día por la mañana cargando ramitas. Lo primero que hizo la
niña al ver aquella maravillosa escena fue pedir a su madre que le sacase un libro
de la biblioteca para seguir todo el proceso bien informada. Leyó que cada especie
de ave construye de forma diferente su nido según su tamaño o la cantidad de
huevos que va a poner la hembra. También que las golondrinas son tan listas que
son capaces de encontrar el cada año el nido que han hecho la temporada anterior.

La verdad es que esta tarea es muy instintiva. Con el paso del tiempo y su alta
capacidad de adaptación, los pájaros han ido aprendiendo a hacer nidos más
resistentes, menos visibles y más cómodos. De hecho, algunas aves macho se
esfuerzan en crear los nidos más bonitos, acogedores y espaciosos para así atraer
a las hembras.

Cuando iba más o menos por la mitad del libro, a Lucía le llamó mucho la atención
el capítulo en el que se explicaba que el diseño de los nidos dependía del hábitat y
de los materiales que encontraban las aves a su alrededor y de sus costumbres.

Los nidos son en su mayoría circulares y tienen que ser muy resistentes para
soportar el peso de los huevos (después polluelos) y de los adultos. Algunas
especies aprovechan espacios como los agujeros en las paredes escarpadas o los
troncos de los árboles para poner ahí sus nidos.

Usan sobre todo raConstruyendo nidosmas, hierbas, hojas, algas, líquenes o musgo. También pueden
usar barro. De hecho así lo había hecho la golondrina que Lucía observaba con
tanto interés. Cuando el nido estuvo listo, llegó el momento de la puesta. Las golondrinas suelen poner entre tres y seis huevos. En el nido de Lucía fueron
cuatro. Cuando nacieron los polluelos, los alimentaban tanto el macho como la
hembra con todo tipo de insectos. A las tres semanas, dejaron el nido pero Lucía
observó que sus padres siguieron dándoles de comer hasta que aprendieron a
buscar su propìo alimento y a volar con total autonomía.
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