Ahora somos dos
Síguenos en:

Ahora somos dos

Edades:
A partir de 3 años
Ahora somos dos Mati se encontraba al cuidado de su abuela, porque su madre se encontraba en el hospital, al igual que su padre. El momento había llegado. Mati estaba a punto de convertirse en el hermano mayor.

El niño estaba claramente de mal humor, su cara era de pocos amigos y cuando su abuela le preguntaba algo respondía con monosílabos y una voz muy tosca.

-¿Qué pasa Mati?, ¿qué es esa cara?- preguntó la abuela.

-Mmm nada- fue la breve respuesta del niño.

La abuela, que conocía más que bien a su nieto prosiguió.

-Déjame adivinar… ¿Estás así por la llegada de tu hermanita no? Cuéntame, vamos.

-Pues sí- dijo el niño que finalmente se abrió a su abuela. -Ahora que llega mi hermanita tendré que compartir todo, mis juguetes, mis chuches y hasta mis padres… Seguro que ya no me darán atención. Nadie me entiende.-

La abuela sonrió con ternura, mientras el niño seguía con su ceño fruncido

-Mati, yo si te entiendo, de pequeña estuve en tu misma situación.

-¿De veras?- replicó Mati.

-Claro que sí. Yo también soy la hermana mayor. Y el tiempo antes de que mi hermana llegara a la familia lo pasé muy mal. Creía que mis padres ya no me prestarían atención, y que no tendría más juguetes nuevos para mí-

-Y ¿qué paso abuela?

-Pasó todo lo contrario. Poco a poco me di cuenta de que mis padres tenían mucho amor para darnos tanto a mi hermana como a mí. Además, ahora tenía el doble de juguetes, porque los míos se los prestaba a mi hermana, y ella los suyos a mí.-

Poco a poco la cara del niño se relajaba, y pasaba lentamente de enojo a entusiasmo.

-No suena nada mal eso, abuela.

-Claro que no. Luego mi hermanita fue creciendo y se convirtió en una gran compañera de juegos y de aventuras para mí. Nos cuidamos entre sí, compartimos grandes charlas y nos apoyamos en las distintas etapas de nuestro crecimiento. Incluso ahora que somos dos adultas seguimos apoyándonos la una en la otra.

-Bueno… Tal vez no sea tan malo entonces- dijo Mati.

-Para nada- respondió la abuela - verás lo lindo que es ser el hermano mayor, te divertirás mucho con tu hermanita, y tus padres no cambiaran contigo. Es más ahora tendrás además del amor de ellos dos, el amor de tu pequeña hermana-.

Ahora somos dosEl rostro del niño cambio por completo. Su abuela le había ayudado a ver las cosas desde otro punto de vista, y lo había ayudado a entender que tener un hermanito podría ser algo fabuloso.

De pronto, el móvil de la abuela sonó avisando la llegada de un mensaje. La señora lo revisó y luego le dijo al pequeño.

-Felicidades, Mati, ya eres hermano mayor. Vamos, vístete y nos marchamos a conocer a tu hermanita-.

El niño se levantó de un salto y se preparó para salir. Camino de la clínica, el pequeño le pidió a su abuela detenerse en una tienda para comprarle un osito a su hermana.

Mati entró orgulloso al hospital de la mano de su abuela, feliz de haberse convertido en el hermano mayor.
Puntuación media: 8,4 (1038 votos)
Tu puntuación:
Cuentos con valores similares